Queridos padres,

En este boletín, nos gustaría explicar un poco más nuestros enfoques de enseñanza y aprendizaje. Hace algunos años, hubo una tendencia a cambiar esta frase y hablar sobre «aprender y enseñar», que enfatizó el punto clave de que los niños deben estar en el centro del proceso de aprendizaje. Ahora parece que hemos vuelto a la versión ortodoxa. Cualquiera que sea el giro de la frase, el aprendizaje debe ser interactivo y un proceso bidireccional. Los profesores también tienen que aprender y los alumnos tienen que enseñar. Algunas sesiones son más dirigidas o guiadas por el maestro y otras permiten que los alumnos tomen la iniciativa. Se trata de encontrar un buen equilibrio. Fundamentalmente, los maestros no transmiten el conocimiento sino que ayudan a los alumnos a perseguirlo, los guían hacia una comprensión profunda y los ayudan a adquirir habilidades y destrezas para aplicar lo que han aprendido a la vida real. Pasarán de la simple memorización a la creación.

La enseñanza debe ser variada y motivadora. La transmisión funciona en línea recta, pero el aprendizaje creativo necesita múltiples ángulos, curvas y círculos. Los alumnos necesitan oportunidades para trabajar en parejas y grupos, hablar y escucharse, resolver problemas, investigar, explorar, usar su imaginación y creatividad. Nuestro colegio también tiene que hacer un buen uso de las nuevas tecnologías, dando a los alumnos la oportunidad de aprender y expresarse de diferentes maneras. La enseñanza de alta calidad ayuda a los alumnos a pensar por sí mismos, a abrir sus mentes a diferentes posibilidades, a ser más autónomos, fuertes y seguros de sí mismos. Las actividades de aprendizaje deben desafiar a los alumnos y animarlos a hacer un uso completo de sus diferentes habilidades e inteligencias. Dentro de este proceso, el hábil cuestionamiento de los maestros juega un papel crucial. Las preguntas son, al menos, tan importantes como las respuestas. Son las preguntas las que guían y estructuran el pensamiento de los alumnos, los empujan para llegar más lejos, los inspiran, los emocionan y los entusiasman. Igualmente, la retroalimentación frecuente y específica ayuda a los alumnos a saber qué están haciendo bien y cómo pueden mejorar.

La reciente investigación a largo plazo realizada por el University College de Londres ha demostrado, de manera contundente, que las experiencias de los primeros años aún tienen un gran impacto en el aprendizaje de los estudiantes a los 18 años. Aunque se manifiesta en diferentes formas, aún necesitan tiempo en círculo para sentarse, escuchar, hablar y pensar juntos. Necesitan aprender jugando: actividades entretenidas, sesiones dirigidas por profesores y alumnos, juegos de lenguaje, pensamientos, ideas, … la alegría de la creatividad.

En nuestro colegio, los alumnos también recibirán un fuerte apoyo en su desarrollo personal, social, emocional y espiritual. Adquirirán valores fuertes, como el respeto, la amabilidad y la acción directa para apoyar a los demás. Los profesores proporcionarán excelentes modelos a seguir y ayudarán a los alumnos a reflexionar sobre cómo aprenden y viven juntos. Los valores deben ser puestos en práctica y luego compartidos.

Nuestro colegio constará de muchos espacios de aprendizaje, dentro y fuera del edificio. Un espacio de aprendizaje vital es el hogar. Los padres deben trabajar en estrecha colaboración con el colegio, para que los niños tengan una educación integral, tanto como alumnos como personas. Ante todo, los niños necesitan tiempo con sus padres. Necesitan hablar sobre su aprendizaje, seguir pensando de manera crítica y creativa, divertirse con la familia y ser educados en valores.  

El aprendizaje de los niños debe ser colaborativo, tanto dentro como fuera del colegio. Trabajando juntos como una comunidad de aprendizaje, los alumnos, los padres y el personal del centro deberán garantizar que los logros académicos y los logros personales de nuestros alumnos sean excepcionales.

Los Directores de Educación